Este proyecto nos emocionó particularmente debido a que requería la transformación de una antigua casa de campo en medio de un gran lote arbolado.
Construida alrededor de los años 80, la encontramos deteriorada por humedad y falta de luz en interiores. Propusimos abrir algunos muros, nuevas ventanas y crecer las existentes, con la intención de que la casa pudiera «ver y respirar» hacia el jardín desde todos sus espacios.
Se propuso un segundo piso que permitiera el uso del techo como terraza para ver el atardecer en las copas de los árboles.
Éste nuevo volumen se recubrió con masilla beige, y el volumen antiguo se recubrió con masilla roja para diferenciar las etapas en las que se construyó.